Para tener huesos fuertes y articulaciones sanas, necesitas vitaminas D y K, calcio y otros minerales.
La col rizada y el brócoli tienen un montón de vitamina K y calcio. La vitamina K ayuda a llevar el calcio al tejido óseo, fortaleciéndolo.
Las sardinas y el salmón aportan vitamina D y ácidos grasos omega-3 al organismo. La vitamina D es fundamental para la absorción del calcio, mientras que los omega-3 reducen la inflamación de las articulaciones.
Higos y ciruelas pasas: son una de las frutas más ricas en calcio y vitamina K, y también contienen magnesio, importante para la fortaleza de los huesos.
Semillas de sésamo: son una fuente excepcional de calcio (especialmente las sin pelar) y cobre, necesario para la producción de colágeno en las articulaciones.
Las naranjas y los cítricos son ricos en vitamina C, necesaria para la síntesis de colágeno, una proteína clave para la formación de huesos, cartílagos y tejido conectivo.